Cristina Castro Cranwell conoció a Bioy a los 25 años y da a entender que con él entró a su vida la ficción con su torrente de romance y secretos, y la despabiló de las tramoyas en las que se asientan algunas de las mejores familias.
Se conocieron en Mar del Plata, en el verano de 1962, un año intenso de la vida del escritor. Y a partir de ese enero comenzaron una amistad íntima que duró una década. Dejaron de verse por el año 71, pero volverían a estar juntos en los últimos años del escritor, cuando Silvina, enferma de Alzheimer, ya era una sombra de melena blanca en un ala del ruinoso quinto piso, en la mejor esquina de Recoleta.
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Sánchez, Matilde
"Diga que éramos amigos enamorados"
En: Revista Ñ. -- Vol. 570 (agos., 2014). -- Buenos Aires : Clarín, 2014
Cristina Castro Cranwell conoció a Bioy a los 25 años y da a entender que con él entró a su vida la ficción con su torrente de romance y secretos, y la despabiló de las tramoyas en las que se asientan algunas de las mejores familias.
Se conocieron en Mar del Plata, en el verano de 1962, un año intenso de la vida del escritor. Y a partir de ese enero comenzaron una amistad íntima que duró una década. Dejaron de verse por el año 71, pero volverían a estar juntos en los últimos años del escritor, cuando Silvina, enferma de Alzheimer, ya era una sombra de melena blanca en un ala del ruinoso quinto piso, en la mejor esquina de Recoleta.